December 2010 Archives

Si hay un negocio o sector que ha triunfado en los últimos años a través de internet (hay más de uno, de hecho), ha sido el juego online. ¿Por qué?

Supongo que hay muchas y variadas razones, y yo no soy un experto, realmente. Pero tampoco hace falta serlo para ver algunos puntos en los que los sitios de apuestas en línea le ganan la partida claramente a los sitios físicos.

Antes, ir a un casino era una ocasión especial siempre, ese olor tan peculiar, la gente tan bien vestida... Ahora, con los casinos online, ya no. Podemos entrar en cualquier momento, sin necesidad de salir de casa; y esto, para un amante de los juegos de apuestas, es una bendición.

Están también las ofertas, algo que los casinos físicos no pueden igualar. Dinero gratis con el que apostar, en función de nuestro propio depósito. Una gran forma de atraer nuevos clientes. Por supuesto, existen ciertas cláusulas, como el apostar un mínimo de veces, y es que los casinos y salas de apuestas se cubren bien las espaldas. Por poner un ejemplo, el bono de bienvenida de uno de los mejores, Casino Europa, puede llegar hasta los 2,400€ para sus nuevos jugadores.

La variedad de juegos también es un punto a su favor, porque suelen tener más de 100, con un montón de tragaperras de diferente temática y diferentes variantes de videopoker o blackjack. De este modo, es difícil no encontrar un juego ideal.

Habrá quien diga que se pierde la magia del juego en vivo, y puede tener razón. Pero cualquiera al que le guste los juegos de apuestas probará el juego online. Ahí es donde cada uno sacará sus propias conclusiones.





 

Ya os dije en el post anterior que me tocaba noche en el casino, para un torneo clasificatorio con recompras y add-on para el gran torneo de navidad en el Casino de Ibiza. Pero no hubo tal, una faena, porque no se presentaron los suficientes participantes para realizarlo.

Pero una vez hemos ido al casino, habrá que hacer algo, ¿no? Pues sí. Empezaron a organizarse Sit'n'go de 10 jugadores cada uno, y yo ahí, apuntado al primero de ellos, junto a un par de amigos con los que había ido.

No pudo ir mejor. Tras una primera hora en la que sólo pude ganar una mano, y eso haciendo un farol sobre un flop de TT5, aparentando tener un diez que no tenía, tuve que esperar todo ese rato, mientras veía como las chips iban cambiando de mano, y se iban eliminando jugadores, poco a poco.

Pero llegó el momento clave, quedando 6 o 7 jugadores, y las ciegas subiendo, y las manos fueron llegando: AQ, AK, AQ otra vez, QQ, JJ, KK... Y sin sorpresas, aprovechándome de los que menos sabían jugar, y con pies de plomo contra los mejores.

Mi experiencia en el poker online me sirvió, y en muy poco tiempo llegamos al heads-up, pero el señor finalista no tenía mucha idea, o sea que sólo tuve que esperar unas pocas manos, hasta tener la mejor y esperar que él pegase. Dicho y hecho, y convertí los 30 euros de la entrada en un premio de 150 que, de todos modos, ya me paga la inscripción para el gran torneo de aquí a una semana.

Pues sí, hoy me toca irme a jugar al casino. Será mi reencuentro con algunos rivales de poker, y con otros que casi se pueden llamar amigos, después de meses comportándome como la hormiga, recolectando durante el verano, trabajando duro para tener unos fondos con los que moverme por las mesas.

Quizá es bueno comenzar con un poco de ruleta. Unos pocos euros al azar, aquí y allá, pero prestando especial atención al 25 y al 9. Esos números son la clave en mi vida. Pero, después de eso, vamos hacia algo donde mis acciones ya empiezan a tenerse en cuenta: el blackjack.

Ahí también gana la banca, pero ya puedo tomar mis propias decisiones, y ese es un buen entrenamiento antes de llegar al plato fuerte: poker.

En este caso se trata de un torneo clasificatorio para el gran torneo navideño, y, cómo no, espero encontrarme con algunos, sobre todo para saldar cuentas pendientes. Por ejemplo, devolverles algunos bad beats por los que he tenido que pasar.

Todo se nivelará, espero.